Small World

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¿Alguna vez te ha sorprendido cuando conoces a personas de distintos lugares y resulta que podrían haberse conocido desde hace mucho tiempo, porque tienen amigos en común?, cuantas veces parece que “el destino” nos mantiene conectados a personas que por alguna razón han salido ya de nuestras vidas. Y aunque ya no estén directamente con nosotros, forman parte de la gran RED gracias a los conocidos en común.

Existe una teoría llamada: La teoría de los Seis Grados de Separación afirma que cualquier persona del planeta está conectada con cualquier otra, a través de una cadena de conocidos con no más de cinco eslabones o puntos de unión. Según esta teoría sólo seis niveles nos separan de cualquier persona del planeta. Seis pasos. Seis grados.

Surgida en el siglo XX, la propuesta inicial de esta idea data de 1929 por el húngaro Frigyes Karinthy, en un relato llamado Chains.

En la década de los 50, investigadores del MIT e IBM trataron de demostrar esta teoría de forma matemática (dado un grupo de N personas, ¿cuál es la probabilidad de que cada miembro de N esté conectado a otro miembro a través de 1, 2,3 ... n enlaces). 20 años después, el problema seguía sin soluciones competas o satisfactorias.

En 1967, un sociólogo (Stanley Milgram) desarrolló un experimento (el fenómeno del small-world, el mundo pequeño) con el fin de probar la teoría: al azar, eligió ciudadanos americanos de la región del Centro-Oeste, con el fin de entregar un envío a un desconocido en Massachussets, a miles de kilómetros de distancia. La única información era simple: el nombre, la ubicación genérica (no había direcciones concretas) y la ocupación del destinatario. Con esta información, el objetivo para los que iniciaron la cadena era sencillo: entregar a quien ellos creyeran que podía estar ligado al destinatario, siempre que se cumpliera la condición de tratarse de personas que conocían directamente, y con la idea general de que el primer eslabón sería basado en el hecho de que creyeran que el conocido pudiera estar relacionado, es decir, que tuviera más probabilidades de conectar al destinatario de un modo u otro. Los receptores debían hacer lo mismo, y la cadena seguiría hasta que el destinatario fuera alcanzado.

Los participantes pensaban en cientos, los más optimistas en decenas, y muchos creían que era absurdo e imposible. ¿La respuesta? En promedio, se necesitaron entre 5 y 7 intermediarios.

Los descubrimientos de Milgram no fueron muy fundamentados (el número de paquetes y su muestra de participantes fue muy pequeño para sacar datos válidos o conclusiones, por ejemplo), pero el evento fue innegablemente mediático. Universidades prestigiosas hicieron juegos, sistemas y demostraciones de los seis grados, basados en este principio, y juegos populares en todo el mundo comenzaron a surgir, muchos de ellos basados en personas conocidas como actores, o gente famosa.

En el 2001, la Universidad de Columbia continuó el experimento de Milgram, usando Internet, y tras pruebas numerosas (casi 50.000 personas enviando el "paquete" a destinatarios de 157 países) se encontró que el número de pasos promedio era... seis. La aplicación de los seis grados es ahora un tema aplicado a cuestiones computacionales, comunicación, circuitos, mercadeo, etc.

Sin duda, aun sabiendo que todos tenemos amigos en común no deja de sorprendernos cuando llega el momento de conocer la persona intermediaria.

Fuente: wikipedia

Comentarios

Miquechus dijo…
Orale que interesante!!!
Me ha pasado

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